Desde el momento en que se confirmó y formalizó el triunfo del que hoy es el presidente de México, quedó claro que su intención era hacer cambios de fondo de prácticamente todos los sectores; el de la salud pública no fue la excepción.
De hecho, desde noviembre de 2018, se empezaron a gestar los cambios en materia de política pública en salud. Los cambios empezaron con la intención de consolidar las compras del gobierno federal en la SHyCP; posteriormente se designaría a la Oficialía mayor como la encargada de llevar a cabo estos procesos y hacia el primer trimestre de 2019 quedaría claro que uno de los primeros sectores implicados sería el de la salud.
Se inició con señalamientos de corrupción, prácticas contractuales leoninas e incluso se acusó de monopolio - en realidad un oligopolio generado por el propio oligopsonio generado por la dinámica de mercado- esta intención, como muchas en esta administración, apresuró cambios e incluso sin esperar al agote de los compromisos contractuales del ejercicio presupuestal 2019 se pretendió llevar a cabo un proceso de compra paralelo para la segunda mitad de dicho ejercicio. Las premisas estaban sustentadas en preconcepciones; por ejemplo se establecía un principio que calculaba que el margen de utilidad de los distribuidores de medicamentos era del orden de entre 35 y 40%. Consideraciones, equivicadas y que sumadas a la falta de experiencia de la OM no resultó e incluso afecto las compras consolidadas de 2020, resultando en niveles de claves desiertas inéditas (más del 60%), compras locales a precios inclusive más altos de los del ejercicio 2018 y firma de contratos tardías.
De este ejercicio podemos concluir que se alcanzaron aprendizajes claros, siendo el principal que la administración federal no sabe nada acerca del proceso de compra y distribución de medicamentos.
Así que se dió a la tarea de modificar la LAASSP, en este tema se esperan cambios de fondo que no solo tendrán que ver con salud vienen cambios que afectarán a todos los procesos de compra del gobierno. Después de hacer los cambios correspondientes a la ley se firmó el acuerdo con UNOPS para la gestión de la compra consolidada de insumos para la salud más grade no solo para esta oficina, también para México.
Si esto pareciera complicado se suman, la pandemia y el impacto que esto ha tenido en la dinámica de atención médica, los cambios a (y en) COFEPRIS, la "creación" de la empresa de distribución del estado y para rematar, la falta de reglas de operación del INSABI.
¿Está todo perdido?
No, en realidad esto ofrece una oportunidad única, y necesaria para reinventarse, en el caso de los laboratorios farmacéuticos este entorno abre la posibilidad para definir su estrategia de mercado, de establecer su nuevo modelo de negocio y de redefinir el enfoque la la inversión de sus recursos materiales, financieros y humanos en lo que será la nueva forma de hacer negocio en México.
Estimado Oscar gracias por compartir esta reflexión, a mi me quedaría solamente la duda sobre la estabilidad a corto plazo ya que se ha demostrado que la regla aquí es la incertidumbre permanente. Saludos
ResponderBorrarLa estabilidada acorto plazo, desde el punto de vista macro es baja, los cambios y el proceso de implementación carecen de claridad; de ello que no hay forma de saber el alcance del actuar de este gobierno. En lo micro, lo tocante a cada empresa que tiene interés en este segmento de mercado, la respuesta es depende; cada una de ellas deberá de hacer un análisis situacional y definir su intención de permanecer, invertir o, inclusive, dejar de participar en este ante el costo implícito de estos cambios con su modelo de negocio,
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