martes, 5 de mayo de 2020

SIDISA en los tiempos del COVID19

"El tiempo pasa...", dice la canción.

 Y sí, la contingencia/cuarentena por el COVID19 nos ha mantenido en un proceso de trabajo remoto, ha puesto a la industria de servicios y entretenimiento en pausa y a otras tantas en operaciones limitadas o reducidas. Sin embargo, hemos dedicado mucho del tiempo de las pasadas semanas (¿6?, ¿8?, depende) a tratar de entender como es que podemos adaptarnos personalmente, familiarmente y profesionalmente a esta nueva realidad. 

Sin embargo, hay trámites y procesos que deben de mantenerse en pie. Por ejemplo, las empresas debimos cumplir con nuestra declaración anual ante el SAT antes del 30 de Marzo, las personas físicas hemos recibido una extensión al 30 de Junio para presentar nuestra declaración y la SFP ha mantenido la obligación de presentar sus declaraciones y documentar que no existen conflictos de interés en su ámbito de acción. Igualmente, según los tiempos institucionales, le toca al INSABI y a las entidades hacer la carga de sus requerimientos en materia de insumos para la salud entre Junio y Septiembre de este año, para que estos se vean reflejados en el PEF del ejercicio 2021, previa revisión, validación de la SHCP por conducto de la Subsecretaría de Egresos, y la correspondiente aprobación como parte del paquete presupuestario en la Cámara de Diputados.

Eso nos debe de llevar a la reflexión de las complicaciones inherentes al proceso del que estamos hablando, esto claramente no nos cae como anillo al dedo. Los estados estaban en el proceso de preparar a sus responsables para la carga de los requerimientos, si bien este ejercicio ya se llevó a cabo en un primer ejercicio en 2019, en coordinación con la Comisión Coordinadora de Instiututos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE), debemos de considerar que fue un ejercicio apresurado por la nueva dinámica que dejó más dudas que aprendizajes en muchos de los involucrados. 

Estos requerimientos, tanto de medicamentos como de material de curación entre otros insumos fueron turnados a la Oficialia Mayor (OM) de la SHCP para coordinar la compra consolidada que hasta el 2018 era liderada por el IMSS, el principal usuario de estos insumos y quien tenía la experiencia como comprador y coordinador de estos esfuerzos desde el 2008. El resultado, un atropellado proceso que terminó con un gran número de claves desiertas, que debieron de ser adquiridas localmente por los hospitales y delegaciones, a precios carentes de control como resultado del desabasto y la necesidad de comprar de forma directa. En cuanto a las claves de insumos que se consideran de fuente única o patente, que normalmente se compran por medio de compras directas al no existir competidores por su naturaleza, el proceso se retrasó por la compra de medicamentos genéricos en la LPI, resultando en una carta de la OM a las instituciones pidiendo que se hiciera uso de extensiones de los contratos vigentes del ejercicio 2019 para atender requerimientos hasta el 30 de marzo de 2020; las instituciones más experimentadas y con sistemas de control del abasto más preparadas como el IMSS, se aseguraron de hacerse de inventarios de seguridad. El contrato para estas claves de fuente única recién se concretó apenas hace una semanas, en abril para ser más precisos.

Regresando entonces a los tiempos de SIDISA y su Apéndice 1 del Anexo 4, deberá de reflejar los requerimientos anuales para el 2021 antes de que se presente el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) ante la SHCP y subsecuente presentación ante la Cámara de Diputados para su revisión, evaluación y potencial aprobación.

Si bien quedan muchas preguntas abiertas respecto al como, considero relevante anteponer una para una primer reflexión (ya iremos analizando otras en posteriores oportunidades), cual es la base de cálculo de los requerimientos, considerando el desabasto generado por temas tan variados como el alto número de claves desiertas ante precios de referencia poco atractivos, la curva de aprendizaje de algunos hospitales y/o entidades federativas al primer ejercicio, la atípica curva de demanda como resultado de la crisis en salud que el COVID19 ha creado.

Como evaluarán, primero la SHCP y posteriormente la Cámara de Diputados estos requerimientos en el escenario económico/presupuestario que vienen implícitos en las condiciones post-contingencia sanitaria. 

La planificación siempre ha sido un tema de extrema complejidad, al que no estaba habituada esta administración pública y que además ahora está enrarecida por la situación mundial en salud mercados petroleros y financieros y por las prioridades que ha manifestado el gobierno.  

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